Los expertos aseguran que aún queda mucho por aprender sobre lo que constituye una dieta saludable para mantener una buena memoria, aunque los estudios indican que lo que es bueno para el corazón también puede resultar beneficioso para el cerebro.
“Lo mejor para tener una buena memoria es abstenerse de grasas poco saludables y recuerde que debe diversificar sus alimentos de origen vegetal”, aconseja la nutricionista Lizzie Bertrand, del Sistema de Salud Mayo Clinic en St. James, Minnesota.
Los efectos de la limpieza en nuestro cerebro, según la PsicologíaEsto es porque la salud de la memoria podría estar relacionada con la alimentación y, según la especialista, la clave está en seguir una dieta rica en grasas saludables y una gran variedad de alimentos vegetales ricos en fitonutrientes.
“Los fitonutrientes son sustancias que se encuentran en ciertas plantas y se cree que son beneficiosos para la salud del ser humano”, indica. En base a esto, Bertrand seleccionó los alimentos que, a su entender, estimulan el funcionamiento de la memoria y se trata de una variedad de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado, grasas saludables y especias o semillas, que mejoran la función cerebral.
Los cuatro alimentos que es mejor evitar porque debilitan el cerebro
Refrescos: los refrescos son uno de los peores alimentos para la salud el cerebro debido a su alta concentración de azúcares simples, que dañan los vasos sanguíneos que irrigan este órgano. Además, los constantes altibajos de azúcar en sangre también pueden causar un estado de adicción con antojos y abstinencia, algo que también ocurre con las versiones light.
Alcohol: es importante evitar los tóxicos, como el exceso de alcohol o el tabaco, que aunque no tengan una implicación demostrada en el desarrollo de las demencias más comunes, generan problemas indirectos a una correcta función cognitiva y salud vascular. Los expertos aseguran que no puede hablarse de una cantidad segura de alcohol, puesto que es un tóxico cuyo consumo está relacionado con diferentes tipos de cáncer y alteraciones metabólicas.
Grasas saturadas y trans: las grasas que aumentan el riesgo cardiovascular tampoco son buenas amigas de la memoria. Aquí se deben incluir sobre todo aquellas grasas presentes en los alimentos procesados como embutidos o bollería industrial, que deben diferenciarse de las grasas saturadas presentes en alimentos como el huevo o los lácteos. De hecho, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, vincula el consumo de carnes procesadas con el riesgo de padecer demencia.
Carbohidratos simples: los hidratos de carbono son fundamentales para el cerebro, pero el exceso, sobre todo de los refinados, tampoco es bueno. Una reducción parcial del consumo de carbohidratos podría tener buenos resultados en la salud cerebral. Según un estudio publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, la dieta cetogénica o keto (que consiste en el consumo de grasas saludables y proteínas y una reducción de los hidratos de carbono) puede incidir en la mejora de las funciones cerebrales y en la memoria.